Todo es para nunca
Esa era su queja más acuciante
Irracional como una bestia
debelaba sus dolencias y morbos
descomponiendo el aire
con sus profanaciones
Desbordadas brotaban de su boca
contrariedades a raudales
Abundaba en conflictos y obsesiones
Parecía una caja de Pandora
Burbujeaban en sus fauces, rezongos
Resollaba, ahogando su voz
Aguda estaca, descuartizó su corazón
Mejor llamarle a silencio
antes que siga echando pestes
como echa fuegos el dragón
Sarcástico e irónico final
Nada es para siempre